BOOKI

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jueves, 31 de enero de 2019

EL PÁJARO QUE NO SABÍA VOLAR



Mamá Pío-Pío estaba muy orgullosa viendo a su nuevo pichoncito recién salido del cascarón. Era un pajarito rubio, elegante, fuerte y tenía un piquito de oro. No, no es que el pico lo tuviese del dorado metal (la madre Naturaleza es bastante tacaña con los seres vivos) sino que, además de guaperas y fortachón, había salido con mucha labia. Tanta que, desde que nació, no paró de piar y piar, o sea, de hablar y hablar...

—Mami, vaya birria de nido donde he venido al mundo...
—Mamuchi, aquí hace demasiado frío...
—Mamaita, tengo hambre...
Mamá Pío-Pío estaba tan arrobada por la guapura y la pesadez de su hijito que tardó varios segundos en darse cuenta que el primer deber de toda madre es darle de comer a su criatura recién nacida. Abrió sus alas y empezó a dar vueltas alrededor del árbol donde se encontraba el nido. Con sus grandes ojazos buscaba el alimento que llevarle a la boca a su pichoncito. Por fin vislumbró un grupo de gusanos desorientados y se fue directa hacia ellos. Instantes después estaba de vuelta. Por fin su criaturita se callaría pues no es fácil usar el pico para comer y hablar simultáneamente.

—¡Qué ricos están estos bichejos! —exclamó el recién nacido, relamiéndose de gusto. Y, sin parar de tragar, preguntó— Por cierto, mamurri, ¿cómo me vas a llamar?
—Te llamaría Pelmazo, hijuelo, porque desde que has venido al mundo no paras de dar la lata y de charlotear pero, pensándolo bien, te llamaré Ataúlfo, como se llamaba tu difunto padre.
—¡Jolín -exclamó nuevamente el pajarucho- qué manera más suave de decirme que soy huérfano por parte de papuchi!

“Además de guaperas, parlanchín y pesado, el niño me ha salido finolis”. Mamá Pío-Pío estaba dándole vueltas a este pensamiento cuando se acordó en que lo primero de todo, tras darle de comer, era enseñarle a mover las alas para que, tras una pequeña práctica de varios días, él solito pudiera levantar el vuelo y empezar a vivir su propia vida.

—Verás, Ataúlfito mío... Los de nuestra especie venimos al mundo con un pequeño defecto de fabricación: no sabemos volar. La cosa, sin embargo, es muy sencilla de aprender porque somos unos seres muy inteligentes.
—¿Más que los humanos, mami?

—Mucho más, donde va a parar. Fíjate que ellos son incapaces de levantarse un palmo del suelo... Todo lo que tienen de poco inteligentes lo tienen de muy malos. Cuídate de ellos porque a la menor oportunidad te meterán en una jaula o te freirán a perdigonazos. Pero a lo que iba: tienes que empezar ahora mismo a entrenar porque el cuerpo te pedirá volar dentro de tres o cuatro días. Fíjate en mí...

La mamá de Ataulfito empezó a mover rítmicamente sus alas y cola. Primeramente lo hizo muy despacio, casi a cámara lenta, para que su hijillo viese con nitidez la mecánica del vuelo. Luego aumentó la velocidad de sus extremidades. Por último, despegó hacia lo alto.

-¿Has visto qué fácil?

Ataulfito se vio preso del pánico. Aquellas acrobacias circenses de su madre le parecían dificilísimas de imitar. Su mamá pájara intuyó lo que pensaba porque, descendiendo de nuevo al nido, le dijo cariñosamente...

—No te preocupes, Atau. Todos los recién nacidos pensáis que os resultará imposible volar como los adultos pero al cabo de unos días perdéis el miedo y los movimientos del vuelo os salen espontáneamente, casi sin querer y sin pensarlos.
—No sé, no sé...

El pajarito se calló por primera vez desde que naciera. Estaba preocupado. Algo le decía que él sería incapaz de volar. Era como un presentimiento pero también miedo a lo desconocido, miedo a hacerse daño.

Durante varios días su madre siguió enseñándole la técnica de volar pero Ataúlfo era incapaz de aprender. Se hacía un lío. Y, lo que es peor, ¡tenía un pánico atroz a despegar las patas del nido para quedarse suspendido en el aire! Entonces su madre empezó a preocuparse. Si su hijo era muy inteligente, si estaba sano y bien alimentado, ¿por qué no volaba ya? Volar era casi instintivo...

Cuando comprobó que pasaban los días y el bueno de Atau no movía la cola y las alas ni por casualidad (lo único que no paraba de mover era el pico, para comer y parlotear), su madre decidió contratar al mejor profesor de vuelo que conocía: un pájaro avión. Pero ni por esas. Tras varias semanas de desastroso aprendizaje, don Vencejo, que así se llamaba el profe, le dijo a la mamá de Ataúlfo:

—Señora, su hijito puede volar perfectamente como demuestran las radiografías y pruebas varias que le he realizado. Su cerebro se encuentra también en perfectas condiciones para comprender y poner en práctica las instrucciones precisas de vuelo. Su instinto no está averiado ni perdido. Simplemente le ocurre que, además de parlanchín y lenguaraz en exceso, es bastante vago. Mientras que no vuele estará aquí tan tranquilito en el nido materno, recibiendo la comida sin ningún esfuerzo, jugando a la pájaro-consola y hablando sin parar. Está en juego mi credibilidad como magnífico profesor, señora, así que le propongo un método fulminante que nunca me ha fallado en casos como el de su hijuelo.
— ¿Y en qué consiste ese método tan milagroso?
—Le tiraré del nido cuando le pille distraído.

A mamá pájara casi le da un soponcio tras escuchar aquello pero luego recapacitó al pensar que don Vencejo tenía fama de que había conseguido que volasen todos sus alumnos. Y le dio el visto bueno.

Dos días más tarde, cuando Ataulfito estaba dándole a las teclas de su pájaro-consola, don Vencejo le empujó distraídamente y allá que el pajarillo se fue para aaaabaaaajooooo… Cuando sólo le faltaban un par de metros para llegar al suelo , nuestro querido protagonista comenzó a batir sus alas (era lo que esperaba su profe) y así se libró no sólo de un buen trompazo sino que sintió un placer y una alegría tan especial que estuvo volando durante tres horas seguidas mientras don Vencejo lo contemplaba admirado y a su mami se le caía la baba por el pico, embelesada por su hijito.  Por fin decidió regresar al nido. Aterrizó, cogió la pájaro-consola y dando un besito a su mami del alma, dijo:

—Goodbye, mamuchi. Me voy a recorrer mundo. Volveré en un par de semanas…


Pasado ese tiempo, Ataúlfo regresó para visitar a su madre.
 ¡Era el pájaro más feliz, volador y parlanchín del mundo!  

miércoles, 30 de enero de 2019

BAILE DEL DÍA DE LA PAZ

ES ALUCINANTE CÓMO SE 
VE EL BAILE
DESDE ARRIBA.
¡¡¡TOD@S BAILAMOS SÚPER BIEN!!!

sábado, 26 de enero de 2019

FELIZ DÍA DE LA PAZ

EL PRÓXIMO MIÉRCOLES
30 DE ENERO SE CELEBRA
 EL DÍA MUNDIAL DE LA PAZ.

POESÍAS DE LA PAZ


























EL PRÓXIMO MIÉRCOLES 30 DE ENERO
CELEBRAREMOS EL DÍA DE LA PAZ 
EN NUESTRO COLEGIO.

JUEGOS DELA PAZ

 SI QUIERES CELEBRAR EL 
30 DE ENERO, EL DÍA DE LA PAZ,
EN NUESTRO BLOG ENCONTRARÁS...

EL MEJOR GUERRERO DEL MUNDO


Caucasum era un joven valiente, experto espadachín, que soñaba con convertirse en el mejor guerrero del mundo. En todo el ejército no había quien le venciera en combate, y soñaba con convertirse en el gran general, sucediendo al anciano cobardón que ocupaba el puesto. El rey le apreciaba mucho, pero el día que le contó su sueño de llegar a ser general, le miró con cierto asombro y le dijo:
- Tu deseo es sincero, pero no podrá ser. Aún tienes mucho que aprender.
Aquello fue lo peor que le podía pasar a Caucasum, que se enfureció tanto que abandonó el palacio, decidido a aprender todas las técnicas de lucha existentes. Pasó por todo tipo de gimnasios y escuelas, mejorando su técnica y su fuerza, pero sin aprender nuevos secretos, hasta que un día fue a parar a una escuela muy especial, una gris fortaleza en lo alto una gran montaña. Según le habían contado, era la mejor escuela de guerreros del mundo, y sólo admitían unos pocos alumnos. Por el camino se enteró de que el viejo general había estudiado allí y marchó decidido a ser aceptado y aprender los grandes secretos de la guerra.
Antes de entrar en la fortaleza le obligaron a abandonar todas sus armas. "No las necesitarás más. Aquí recibirás otras mejores". Caucasum, ilusionado, se desprendió de sus armas, que fueron arrojadas inmediatamente a un foso por un hombrecillo gris. Uno de los instructores, un anciano serio y poco hablador, acompañó al guerrero a su habitación, y se despidió diciendo "en 100 días comenzará el entrenamiento".
¡100 días! Al principio pensó que era una broma, pero pudo comprobar que no era así. Los primeros días estaba histérico y nervioso, e hizo toda clase de tonterías para conseguir adelantar el entrenamiento. Pero no lo consiguió, y terminó esperando pacientemente, disfrutando de cada uno de los días.
El día 101 tuvieron la primera sesión
. "Ya has aprendido a manejar tu primera arma: la Paciencia", comenzó el viejo maestro. Caucasum no se lo podía creer, y soltó una breve risa. Pero el anciano le hizo recordar todas las estupideces que había llegado a hacer mientras estaba poseido por la impaciencia, y tuvo que darle la razón. "Ahora toca aprender a triunfar cada batalla". Aquello le sonó muy bien a Caucasum, hasta que se encontró atado a una silla de pies y manos, subido en un pequeño pedestal, con decenas de aldeanos trepando para tratar de darle una paliza. Tenía poco tiempo para actuar, pero las cuerdas estaban bien atadas y no pudo zafarse. Cuando le alcanzaron, le apalearon.
El mismo ejercicio se repitió durante días, y Caucasum se convenció de que debía intentar cosas nuevas. Siguió fallando muchas veces, hasta que cayó en la cuenta de que la única forma de frenar el ataque era acabar con la ira de los aldeanos. Los días siguientes no dejó de hablarles, hasta que consiguió convencerles de que no era ninguna amenaza, sino un amigo. Finalmente, fue tan persuasivo, que ellos mismos le libraron de sus ataduras, y trabaron tal amistad que se ofrecieron para vengar sus palizas contra el maestro. Era el día 202.
-"Ya controlas el arma más poderosa, la Palabra, pues lo que no pudieron conseguir ni tu fuerza ni tu espada, lo consiguió tu lengua".
Caucasum estuvo de acuerdo, y se preparó para seguir su entrenamiento.
"Esta es la parte más importante de todas. Aquí te enfrentarás a los demás alumnos". El maestro le acompaño a una sala donde esperaban otros 7 guerreros. Todos parecían fuertes, valientes y fieros, como el propio Caucasum, pero en todos ellos se distinguía también la sabiduría de las dos primeras lecciones.
"Aquí lucharéis todos contra todos, triunfará quien pueda terminar en pie". Y así, cada mañana se enfrentaban los 7 guerreros. Todos desarmados, todos sabios, llamaban al grupo de fieles aldeanos que conquistaron en sus segundas pruebas, y trataban de influir sobre el resto, principalmente con la palabra y haciendo un gran uso de la paciencia. Todos urdían engaños para atacar a los demás cuando menos lo esperasen, y sin llegar ellos mismos a lanzar un golpe, dirigían una feroz batalla...
Pero los días pasaban, y Caucasum se daba cuenta de que sus fuerzas se debilitaban, y sus aldeanos también. Entonces cambió de estrategia. Con su habilidad de palabra, renunció a la lucha, y se propuso utilizar sus aldeanos y sus fuerzas en ayudar a los demás a reponerse. Los demás agradecieron perder un enemigo que además se brindaba a ayudarles, y recrudecieron sus combates. Mientras, cada vez más aldeanos se unían al grupo de Caucasum, hasta que finalmente, uno de los 7, llamado Tronor, consiguió triunfar sobre el resto. Tan sólo habían resistido unos pocos aldeanos junto a él. Cuando terminó y se disponía a salir triunfante, el maestro se lo impidió diciendo: "no, sólo uno puede quedar en pie".
Tronor se dirigió con gesto amenazante hacia Caucasum, pero éste, adelantándose, dijo:
- ¿De veras quieres luchar?. ¿No ves que somos 50 veces más numerosos? Estos hombres lo entregarán todo por mi, les he permitido vivir libres y en paz, no tienes ninguna opción.
Cuando dijo esto, los pocos que quedaban junto a Tronor se pusieron del lado de Caucasum. ¡Había vencido!
El maestro entró entonces con una sonrisa de oreja a oreja: "de todas las grandes armas, la Paz es la que más me gusta. Todos se ponen de su lado tarde o temprano". El joven guerrero sonrió. Verdaderamente, en aquella escuela había conocido armas mucho más poderosas que todas las anteriores.
Días después se despidió dando las gracias a su maestro, y volvió a palacio, dispuesto a disculparse ante el rey por su osadía. Cuando este le vio acercarse tranquilamente, sin escudos ni armas, sonriendo sabia y confiadamente, le saludó:
- ¿que hay de nuevo, General?

LA ESPADA PACIFISTA


Había una vez una espada preciosa. Pertenecía a un gran rey, y desde siempre había estado en palacio, partipando en sus entrenamientos y exhibiciones, enormemente orgullosa. Hasta que un día, una gran discusión entre su majestad y el rey del país vecino, terminó con ambos reinos declarándose la guerra.
La espada estaba emocionada con su primera participación en una batalla de verdad. Demostraría a todos lo valiente y especial que era, y ganaría una gran fama. Así estuvo imaginándose vencedora de muchos combates mientras iban de camino al frente. Pero cuando llegaron, ya había habido una primera batalla, y la espada pudo ver el resultado de la guerra. Aquello no tenía nada que ver con lo que había imaginado: nada de caballeros limpios, elegantes y triunfadores con sus armas relucientes; allí sólo había armas rotas y melladas, y muchísima gente sufriendo hambre y sed; casi no había comida y todo estaba lleno de suciedad envuelta en el olor más repugnante; muchos estaban medio muertos y tirados por el suelo y todos sangraban por múltiples heridas...
Entonces la espada se dio cuenta de que no le gustaban las guerras ni las batallas
. Ella prefería estar en paz y dedicarse a participar en torneos y concursos. Así que durante aquella noche previa a la gran batalla final, la espada buscaba la forma de impedirla. Finalmente, empezó a vibrar. Al principio emitía un pequeño zumbido, pero el sonido fue creciendo, hasta convertirse en un molesto sonido metálico. Las espadas y armaduras del resto de soldados preguntaron a la espada del rey qué estaba haciendo, y ésta les dijo:
- "No quiero que haya batalla mañana, no me gusta la guerra".
- "A ninguno nos gusta, pero ¿qué podemos hacer?".
- "Vibrad como yo lo hago. Si hacemos suficiente ruido nadie podrá dormir".
Entonces las armas empezaron a vibrar, y el ruido fue creciendo hasta hacerse ensordecedor, y se hizo tan grande que llegó hasta el campamento de los enemigos, cuyas armas, hartas también de la guerra, se unieron a la gran protesta.
A la mañana siguiente, cuando debía comenzar la batalla, ningún soldado estaba preparado. Nadie había conseguido dormir ni un poquito, ni siquiera los reyes y los generales, así que todos pasaron el día entero durmiendo. Cuando comenzaron a despertar al atardecer, decidieron dejar la batalla para el día siguiente.
Pero las armas, lideradas por la espada del rey, volvieron a pasar la noche entonando su canto de paz, y nuevamente ningún soldado pudo descansar, teniendo que aplazar de nuevo la batalla, y lo mismo se repitió durante los siguientes siete días. Al atardecer del séptimo día, los reyes de los dos bandos se reunieron para ver qué podían hacer en aquella situación. Ambos estaban muy enfadados por su anterior discusión, pero al poco de estar juntos, comenzaron a comentar las noches sin sueño que habían tenido, la extrañeza de sus soldados, el desconcierto del día y la noche y las divertidas situaciones que había creado, y poco después ambos reían amistosamente con todas aquellas historietas.
Afortunadamente, olvidaron sus antiguas disputas y pusieron fin a la guerra, volviendo cada uno a su país con la alegría de no haber tenido que luchar y de haber recuperado un amigo. Y de cuando en cuando los reyes se reunían para comentar sus aventuras como reyes, comprendiendo que eran muchas más las cosas que los unían que las que los separaban.

martes, 15 de enero de 2019

¡¡¡TODO UN ÉXITO!!!




LUNES Y MIÉRCOLES SE LLENÓ
LA BIBLIOTECA.
¡¡¡TODO UN ÉXITO!!!
OS ESPERAMOS TODAS LAS SEMANAS.
GRACIAS POR VUESTRA VISITA.



viernes, 11 de enero de 2019

LA BIBLIOTECA ABRE SUS PUERTAS


EL PRÓXIMO LUNES 14  DE ENERO
LA BIBLIOTECA ABRE SUS PUERTAS.
¡¡¡TE ESPERAMOS POR ALLÍ!!!

PILI Y MILI TE INVITAN A IR A LA BIBLIO

 PILI Y MILI SON DOS CHICAS
MUY BIBLIOTEQUERAS Y OS
ANIMAN A IR A LA BIBLIOTECA
DE NUESTRO COLEGIO,
QUE ESTARÁ ABIERTA A PARTIR
DEL PRÓXIMO LUNES 14 DE ENERO.
¡¡¡OS ESPERAMOS EN LA BIBLIOTECA!!!
NO TE OLVIDES DE ....

¡¡¡TE INVITAMOS A IR A

LA BIBLIOTECA!!!!
Estás invitado/a a ir a la biblio del cole durante los recreos a partir del próximo lunes.
Si estás en 1º, 2º y 3º puedes ir los lunes.
Si estás en 4º, 5º y 6º puedes ir los miércoles.
Y los viernes divertidos te esperamos también, porque es el día de los juegos de mesa para cualquier curso.

¡¡¡ESTÁS INVITADO/A!!!

¡¡TE ESPERAMOS A PARTIR DEL PRÓXIMO LUNES 14 DE ENERO!!!!

NO FALTES, PORQUE ALLÍ TE ESPERA UNA SORPRESITA…

BOOKI

 

miércoles, 9 de enero de 2019

CANCIONES QUE VAN A SONAR EN EL COLEGIO

DESDE QUE COMENZÓ 

ESTE CURSO 2018-19 ,

ESTAMOS ESCUCHANDO CANCIONES EN EL COLEGIO DE DIFERENTES PAÍSES
DEL MUNDO. 
PAÍSES DE DONDE SON ALGUNOS DE LOS ALUMNOS/AS.


DURANTE LA PRIMERA QUINCENA 

DEL MES DE ENERO VAMOS A ESCUCHAR

PARA ENTRAR Y SALIR DEL COLEGIO UNA CANCIÓN TITULADA

 "RONDA PARAGUAYA". 

ES UNA CANCIÓN INFANIL DE PARAGUAY.

 RONDA PARAGUAYA 

¿QUÉ ES UNA RONDA INFANTIL?

Se trata de un juego de niños que consiste en armar un círculo y girar mientras se entonan canciones o se recitan rimas.

Como primer paso, por lo tanto, los niños deben armar una ronda. Para esto se toman de las manos y se forman en círculo. Luego comienzan a moverse en conjunto de manera tal que el círculo “gire”. Esto requiere que todos los integrantes de la ronda se desplacen en la misma dirección y con una cierta coordinación, para evitar que la ronda se desarme.
Mientras los niños se mueven, deben cantar o recitar. Las canciones que forman parte de las rondas infantiles suelen transmitirse de generación en generación.

Aunque se puede llamar ronda infantil, en el caso de España es más conocida como corro.
En este país ese tipo de juego cuenta con una gran tradición y se caracteriza porque tiene una serie de canciones que son ya clásicas del mismo, que han pasado de generación y generación y que aún hoy se siguen utilizando por los más pequeños.
En concreto,  una de las más cantadas y reconocidas es “El patio de mi casa”, que empieza así:
“El patio de mi casa es particular / cuando llueve se moja como los demás / Agáchate / Y vuélvete a agachar / Que los agachaditos no saben bailar”

De la misma manera, ¿quién no conoce “Al corro de la patata” que dice así?:
“Al corro de la patata / comeremos ensalada / lo que comen los señores / naranjitas y limones / Achupé, achupé / Sentadita me quedé”.

Aunque actualmente, por regla general, los niños sólo juegan a la ronda infantil cuando están en el colegio, se fomenta que sigan disfrutando de la misma fuera del centro escolar, en compañía de sus amigos y al aire libre. Y es que se considera que así se consigue que dejen de lado la vida sedentaria y que fomenten sus relaciones sociales. 

PARA SALIR Y ENTRAR DEL RECREO
 ESCUCHAREMOS UNA CANCIÓN CHINA
TITULADA "JA JAMBO".
DURANTE LA SEGUNDA QUINCENA DE ENERO, ESCUCHAREMOS PARA ENTRAR Y SALIR DEL COLEGIO UNA CANCIÓN
TITULADA "GALOPERA".

ES UN BAILE DE PARAGUAY. 
UNA DANZA POPULAR PARAGUAYA.
LAS GALOPERAS SON CAMPESINAS QUE LLEVAN EL AGUA EN SUS CÁNTAROS Y BAILAN CON ESOS CÁNTAROS EN SUS CABEZAS.


PARA SALIR Y ENTRAR DEL RECREO


 ESCUCHAREMOS UNA

PRECIOSA CANCIÓN INANTIL CHINA 

QUE HABLA SOBRE LA RELACIÓN ENTRE MADRES E HIJOS/AS Y SOBRE LA IMPORTANCIA DE ESE AMOR VERDADERO.